Historia del Diseño en México.
Estimados lectores, la información aquí expuesta tiene como principal objetivo dar a conocer la historia del diseño en México, con el fin de enriquecer aun más el conocimiento del lector, surge como necesidad presentar un par de temas previos al tema principal, estos temas son de suma importancia para comprender claramente los antecedentes del diseño en dicho país.
Influencia de la Bauhaus en el Diseño
Al comienzo del siglo XX se vio la urgencia de generar en grandes cantidades productos para satisfacer las necesidades de un mercado cada vez más amplio y exigente. Se requerían productos que pudieran ser adquiridos por cualquier persona, evitando así que circularan solamente en una clase social o élite reducida. La demanda de más y mejores bienes impulsó y obligó a los talleres de arte y de mano de obra a convertirse en diseñadores industriales.
Debido a los problemas sociales y económicos del momento, se trataba de crear productos que fueran funcionales y atractivos a la vez, para el mercado, manteniendo bajos costos de producción. Para esto se empezó a producir con materiales comunes y baratos como metal, vidrio, cristal y madera entre otros. Se creía que las formas y colores básicos representaban un precio industrialmente más económico, por lo que las formas de círculo, cuadrado y triángulo se tomaron como punto de partida. En las clases sobre forma se empezaba a trabajar con estas figuras elementales y a cada una se le atribuía un carácter determinado. El círculo era "fluído y central", el cuadrado era "sereno" y el triángulo, "diagonal". Más adelante, en el arte y escultura de Bauhaus se tomó este mismo concepto con el que trabajaron Wassily Kandinsky, Paul Klee y Johannes Itten. A este nuevo desarrollo, representado princ. en Holanda y Alemania, se le llamó funcionalidad moderna o modernidad internacional.
No fue sino hasta 1919, después de que Gropius fundara la Bauhaus, que se pudo identificar la innovadora producción estética con la maquinaria industrial. Sus tendencias fundamentales se reducen a la ruptura con lo tradicional y con los estilos preestablecidos; el predominio de la función sobre la forma; la interrelación estrecha entre, por un lado, la arquitectura y el diseño y, por otro, las ciencias aplicadas; la adecuación de la vivienda a los recursos y necesidades humanas; y una efectiva planificación urbana.
La filosofía de Gropius se basaba en integrar todas las artes con la tecnología moderna y unirlas con el fin de obtener un diseño disponible para todos los niveles socioeconómicos. Los productos resultantes se alejaban mucho de la clásica ornamentación excesiva. Por el contrario, poseían líneas limpias y claras, formas geométricas sencillas y, de manera característica, daban la impresión de estar hechas industrialmente y no a mano. Fue entonces cuando se empezó a hablar de hacer diseños industriales en forma positiva. La teoría de esta escuela sobre enseñanza del diseño incluía un artista y un técnico en cada estudio de clase. De esta manera, los alumnos usaban su creatividad de forma libre y, simultáneamente, aprendían la técnica. Los alumnos eran requeridos en los talleres por periodos cortos, con el fin de que entendieran la tecnología para la que posteriormente diseñarían. Con estos principios básicos se puso en marcha la producción de enseres de uso casero y muebles.
Estos innovadores personajes, definieron la forma de nuestras ciudades y objetos personales estos son ahora prácticos, baratos atractivos y fáciles de usar.
Antecedentes del Diseño y la situación en México.
Hace 25 años se publicó este artículo sobre el diseño en la revista Expansión. Hace un tiempo fue publicado de nuevo en la revista a! diseño. Ahora se los traigo a la red sintetizada con lo más interesante, pues considero de importancia para todos los colegas conocer los orígenes y evolución del diseño en México.
En el Panorama Mundial puede detectarse una relación directa entre el desarrollo del diseño gráfico y el grado de industrialización de un país. En México, esta actividad empezó a asumir un papel importante hace apenas dos décadas y recibió un impulso definitivo en 1968.
La Olimpiada de ese año convirtió al diseño gráfico en un componente definitivo del medio ambiente visual del país. Al mismo tiempo, demostró a fabricantes y compañías locales, según la opinión generalizada de los profesores del ramo, la importancia de un programa gráfico bien estructurado.
Según Lance Wayman, diseñador neoyorkino al que se debe el logotipo de México 68 y la simbología de las estaciones de la línea 1 del metro, entre otros símbolos, "durante la XIX Olimpiada hubo que desarrollar un lenguaje gráfico y un sistema de identificación capaz de hablarle a un grupo multilingual".
En 1978, a 10 años de distancia, el diseñador luchaba por ascender al status del que goza cualquier otro profesionista.
En 1978, a 10 años de distancia, el diseñador luchaba por ascender al status del que goza cualquier otro profesionista.
Para muchos, según Ricardo Harte, el diseñador no es más que alguien que "dibuja bonito", de ahí que muchos empresarios no busquen el verdadero profesionista y se aboquen ellos mismos, o algún pariente o conocido, a la estructura de su propio programa de comunicación. No son raros los casos de quienes en un momento de inspiración diseñan su propio logotipo, sin ninguna investigación previa.
La confusión de términos ha provocado que algunos diseñadores se subestimen. En un principio se tuvo que malbaratar el trabajo, y en la actualidad apenas unos cuantos cobran como debieran.
Las diferencias de precios entre diseñadores, según Geurts, no son buenas ni para él ni para el cliente, el último puede elegir al más caro pensando que es mejor o desdeñar al barato creyendo que le entregará un mal trabajo, cuando esta relación no es en todos los casos directamente proporcional.
La confusión de términos ha provocado que algunos diseñadores se subestimen. En un principio se tuvo que malbaratar el trabajo, y en la actualidad apenas unos cuantos cobran como debieran.
Las diferencias de precios entre diseñadores, según Geurts, no son buenas ni para él ni para el cliente, el último puede elegir al más caro pensando que es mejor o desdeñar al barato creyendo que le entregará un mal trabajo, cuando esta relación no es en todos los casos directamente proporcional.
El diseño no es caro en México, según Aceves, lo que sucede es que el industrial no está acostumbrado a pagarlo. Es en base a resultados como puede demostrarse la conveniencia de invertir en diseño. Dice Geurts, el empresario que tiene para pagar por el diseño, lo hace. "Lo que se intenta conquistar es que pague el hecho en México".
Los padres del negocio
La corta historia del diseño en México registra sobre todo en sus orígenes, reconocidos nombres de extranjeros como el mencionado Wayman, los que a juicio de los diseñadores mexicanos, dieron a conocer las verdaderas posibilidades del diseño en México. "A 10 años de que aprendimos de estos profesionales, todavía se les sigue llamando, cuando -afirmaGonzalo Tassier- la imagen corporativa de muchas compañías y hoteles de reciente aparición, bien pudo haber sido hecha en México. Incluso los discípulos del mismo Lance Wayman, por ejemplo. Y aunque respetamos mucho a los diseñadores extranjeros porque nos vinieron a abrir las puertas, creo que ya podemos hacer nuestros propios trabajos de diseño de acuerdo a nuestras necesidades".
En más de una ocasión, el empresario ha preferido el diseño norteamericano, a pesar de que cuesta 10 veces más de lo que valdría aquí. Y aunque el extanjero sea buen diseñador, puede ocurrir que no conozca el perfil del púbilco al que tendrá que dirigir su mensaje. En un caso así, el desconocimiento del idioma y del mercado mexicano puede ocasionar estruendosos fracasos. Sobre este tema, Harte opina que la competencia con el diseñador extranjero es saludable, ya que da la oportunidad para comparar calidad y costo.
Gertus advierte que "si bien se responde cada vez más a los requerimientos del industrial, éste necesita, ante todo, resultados. Si el profesionista mexicano no puede dárselos, tendrá que recurrir al extranjero. En ocasiones, el industrial que necesita proyectar la imagen de su empresa en el exterior, no sólo para vender sus productos, sino también, por ejemplo, para la obtención de créditos, recurre a diseñadores extranjeros con experiencia internacional".
No obstante, muchos profesionales insisten en que el buen diseñador mexicano es capaz de realizar, aún, este tipo de trabajos.
El nivel cultural de una gran parte de la población parece imponer obstáculos para el libre desarrollo de la comunicación gráfica, coinciden los entrevistados.
Opina Tassier, los niveles culturales son una limitante. Para ello, la imposición de estilos de comunicación visual de vanguardia, que en el mundo son masivos, en México son inoperantes, ya que el nivel de cultura visual del mexicano está muy lejos del que puede tener un europeo, por ejemplo.
Opina Tassier, los niveles culturales son una limitante. Para ello, la imposición de estilos de comunicación visual de vanguardia, que en el mundo son masivos, en México son inoperantes, ya que el nivel de cultura visual del mexicano está muy lejos del que puede tener un europeo, por ejemplo.
Según Aceves, esto es consecuencia lógica del subdesarrollo. "El surgimiento de una moda viene dado por una saturación de estilos. En ese momento, la innovación se hace necesaria. En México, aún no hemos llegado a esa etapa en el diseño gráfico.
Con dolor profesional, el diseñador suele estar al tanto de las tendencias mundiales, sabiendo que muchas de ellas no tienen cabida aquí. Ante todo, el diseño debe cubrir las necesidades del público".
Con dolor profesional, el diseñador suele estar al tanto de las tendencias mundiales, sabiendo que muchas de ellas no tienen cabida aquí. Ante todo, el diseño debe cubrir las necesidades del público".
Por otro lado, según la opinión de muchos, el profesional choca más de una vez con la poca disposición del cliente para buscar soluciones. Según Tassier, podría montarse un museo con todos los trabajos rechazados. Diseños que a veces aparecen luego en el extranjero y prueban su eficacia.
"La inseguridad por parte del cliente o su falta de confianza en el diseñador lo obliga a que no acepte un trabajo hasta que éste no es visto y probado en otro país".
"La inseguridad por parte del cliente o su falta de confianza en el diseñador lo obliga a que no acepte un trabajo hasta que éste no es visto y probado en otro país".
Los diseñadores también coinciden en denunciar que el principal obstáculo al realizar su trabajo es la calidad de los materiales.
En México, opina Tassier, el diseñador que logre obtener una mediana calidad gráfica, merece un premio. Además, la poca variedad de papeles, colores, plumones y pigmentaciones es otra limitante.
Para Aceves, la escasez de estos productos es reflejo de la economía del país. "La demanda de estos productos es mucho menor aquí que en Estados Unidos, donde el mercado de diseñadores es tan amplio que una industria puede abocarse a cubrir la demanda de más de 200mil individuos que utilizan equipos de dibujo especiales".
En México, opina Tassier, el diseñador que logre obtener una mediana calidad gráfica, merece un premio. Además, la poca variedad de papeles, colores, plumones y pigmentaciones es otra limitante.
Para Aceves, la escasez de estos productos es reflejo de la economía del país. "La demanda de estos productos es mucho menor aquí que en Estados Unidos, donde el mercado de diseñadores es tan amplio que una industria puede abocarse a cubrir la demanda de más de 200mil individuos que utilizan equipos de dibujo especiales".
En México, en cambio, el mercado de estos productos se reduce al personal de unas 6 u 8 compañías de diseño (esto era en 1978) y unos cuantos profesionales independientes.
Monterola apunta que "el campo de trabajo potencial del diseño gráfico es enorme. Se enfrenta a un mercado en el que el lanzamiento de productos requiere del diseño constante de etiquetas, carteles, etc. Además, es claro que México deberá incursionar de forma creciente en el área de competencia internacional, en la que la imagen del producto es un factor de competitividad importante".
Por ahora, la existencia de escuelas de diseño (unas 16 entonces) obedece a la demanda de desarrollo en el que, a juicio de Aceves, el diseñador debe comprender su posición dentro de las interrelaciones socioeconómicas nacionales y aceptar su dependencia de la realidad.
También debe encarar su actividad como un servicio, aún no conocido y en ocasiones rechazado. Básicamente debe despojarse de la investidura de genio inventor que labora en el aislamiento en espera de una idea.
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